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martes, 4 de febrero de 2014

Cambiar la dieta puede reducir hasta un 40% los casos de cáncer

Introducir cambios en nuestra forma de alimentarnos diaria puede suponer reducir hasta en un 40% la posibilidad de padecer cáncer. Hoy 4 de febrero, Día Mundial del Cáncer es especialmente importante tener en cuenta el dato, puesto que no somos tan conscientes del factor dietético y de su incidencia en esta enfermedad como de otros muchos como el tabaco.
El porcentaje equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales y lo presentó, allá por 1997, el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer junto con el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer y fue llevado a cabo por quince científicos apoyados por más de cien críticos de todo el mundo que evaluaron más de 4.000 estudios sobre dieta y cáncer.
Los grandes aliados contra el cáncer son las verduras y las frutas. Las verduras  y las frutas reducen las probabilidades de padecer cáncer de boca, faringe, esófago, pulmón, colon y recto de forma convincente y de forma probable los de laringe, páncreas, mama y vejiga. 
Los 'enemigos', es decir, aquellos alimentos que promueven la aparición de cáncer son el alcohol, las carnes (rojas especialmente) y las grasas animales.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Fruta y verdura para el riñón

dreamstime.com
Una dieta rica en fruta y verdura protege la salud de los riñones. La certeza ha llegado de la mano de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas (EE UU) que llevaron a cabo un estudio sobre pacientes afectados por nefropatía hipertensiva a los que se les suministró, durante un año, una dieta rica en frutas y verduras. El resultado fue la preservación de la salud renal.
Por el contrario el ácido en la dieta, presente sobre todo en proteína animal y harina de trigo, puede perjudicar al riñón, puesto que disminuye su función con la edad. Así lo ha determinado un equipo de investigadores del hospital Kyosai (Japón), que comprobaron que los altos niveles de ácido estaban vinculados a una acelerada pérdida de la función renal. De esta forma los pacientes con altos niveles de ácido presentaron mayor riesgo de progresión de enfermedad renal crónica.
Las alternativas a las proteínas animales se han mencionado en este blog, así como los cereales que pueden consumirse en lugar del trigo.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Alzheimer y alimentación

eladerezo.com
Desde este blog queremos poner nuestro granito de arena para la conmemoración hoy, 21 de septiembre, del Día Mundial del Alzheimer.
Ésta enfermedad, cuyo número va en importante aumento puesto que cada vez contamos con una población más envejecida, está empezando a detectarse precozmente, lo que contribuye a su mejor tratamiento y evolución.
Desde el punto de vista alimenticio incrementar el consumo de algunos nutrientes beneficiará al desarrollo cognitivo. El pescado (elegir al menos una vez por semana el azul), las frutas y los hidratos de carbono complejos (harinas integrales) ayudarán a nuestro organismo a disponer de lo necesario para 'alimentar' al cerebro.
El neurosicólogo y experto en salud cerebral Álvaro Bilbao ha elaborado un listado de los que, a su juicio, son los diez alimentos más sanos para el cerebro, un listado que desde aquí compartimos y algunos de cuyos integrantes han sido tratados de forma individual en esta bitácora:
1.- Salmón (pescado azul)
2.- Nueces
3.- Verduras (especialmente las de hoja verde)
4.- Frutas del bosque
5.- Agua
6.- Té verde (cuidado si hay estreñimiento)
7.- Frutas (sobre todo las de color naranja)
8.- Pan integral
9.- Aceite de oliva
10.- Chocolate y café (el chocolate negro y el café con moderación)

domingo, 7 de julio de 2013

Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo

todococinarecetas.com
Ser cuidadoso a la hora de elegir lo que se cena proporciona diversas ventajas que conviene tener en cuenta.
A pesar de que debido a nuestros horarios tendemos a hacer de las cenas una comida poco cuidada, tendríamos que ser conscientes de que tras la última comida del día la actividad física va a ser prácticamente nula, por lo que el proceso digestivo será más costoso. Además, si se opta constantemente por los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, papas...) suele producirse en muchos casos un aumento de peso o una dificultad en la pérdida, puesto que acumularemos triglicéridos en forma de tejido adiposo. Los hidratos de carbono suelen ir acompañados en las cenas por embutidos (chorizo, salchichón, fritos...) que ponen la guinda al pastel calórico de estas comidas.
Si lo que pretendemos es controlar nuestro peso y facilitar nuestro proceso digestivo, lo aconsejable es optar por ensaladas, lácteos desnatados (yogures y queso), frutas poco calóricas (mejor los cítricos) o verduras hervidas, asadas o en puré. No hay que quedarse con hambre ni hacer cenas muy tardías, para darle a nuestro organismo la ocasión de haber terminado la digestión antes de irse a la cama.
El dicho popular: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo no hace sino confirmar que una cena ligera es la mejor alternativa.

domingo, 17 de febrero de 2013

Calorías vacías


Las calorías vacías son aquellas que nos aportan gran cantidad de energía pero prácticamente ningún nutriente. He hablado en alguna que otra ocasión de ellas, aunque no había dado una considero que necesaria definición, puesto que son las causantes de muchos casos de sobrepeso y obesidad y de los problemas que conllevan.
Los refrescos, bebidas isotónicas, zumos envasados, los alimentos excesivamente azucarados, galletas, bollería industrial y alcohol son los principales 'continentes' de calorías vacías.
Alimentos como las frutas, verduras o lácteos contienen azúcares simples cuyo consumo está justificado porque además nos aportan  minerales, vitaminas, fibra o proteínas. El problema surge cuando consumimos azúcares añadidos a determinados alimentos (mermelada, cacaos solubles, azúcar refinado...) que no nos proporcionan nutrientes apenas. Es entonces cuando consumimos calorías vacías. Lo recomendable sería que no constituyeran más del 10% de nuestra alimentación, pero lo cierto es que suponen en torno a un 40%, aumentando de forma importante el riesgo cardiovascular.

lunes, 5 de marzo de 2012

Demasiadas proteínas

foto: definicionabc.com
¿Qué cantidad de carne, pescado, lácteos o huevos come diariamente? Si sobrepasa los 0,8 gramos por cada kilo que pesa, es demasiado. Y para que se haga una idea si usted es una mujer adulta y pesa 65 kilogramos, la cantidad de proteínas recomendable en su dieta no debe sobrepasar los 52 gramos. Si es un hombre y pesa 79 kilos la cantidad debe rondar los 63 gramos diarios.
Nuestra dieta habitual es hiperproteica. Consumimos proteínas animales en casi cada comida que hacemos, si no carne, pescado, huevos o lácteos.
Un exceso de proteínas supone un trabajo extra para el hígado y el riñón, que se ven obligados a procesar el exceso de ácidos grasos en los que el organismo convierte las que no puede almacenar. A la larga esto puede suponer dificultades para fijar el calcio y puede provocar que el sistema inmunitario reaccione de forma desmesurada provocando alergias a determinadas proteínas.
La solución pasa por una dieta más rica en vegetales, verduras y frutas, legumbres o frutos secos sustituyendo a las proteínas animales.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Crudos o la capacidad de mitigar el riesgo de enfermedad cardiaca

Un asombroso estudio llevado a cabo por dos universidades canadienses sobre 27.000 personas ha determinado que una dieta saludable basada en verduras y frutas crudas puede modificar el gen 9p21, uno de los principales marcadores de enfermedades cardiovasculares.
Los resultados del trabajo indican que los individuos que poseen este indicador y que consumieron una dieta con abundantes frutas, verduras y bayas, pasaban a tener las mismas posibilidades de padecer un ataque al corazón que otras personas con bajo riesgo.
La clara conclusión es que una persona con genotipo de alto riesgo puede revertir esta situación consumiendo importantes cantidades de productos crudos en forma de fruta, verdura y bayas. La cantidad recomendada, una vez más, son cinco porciones al día.