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domingo, 7 de julio de 2013

Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo

todococinarecetas.com
Ser cuidadoso a la hora de elegir lo que se cena proporciona diversas ventajas que conviene tener en cuenta.
A pesar de que debido a nuestros horarios tendemos a hacer de las cenas una comida poco cuidada, tendríamos que ser conscientes de que tras la última comida del día la actividad física va a ser prácticamente nula, por lo que el proceso digestivo será más costoso. Además, si se opta constantemente por los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, papas...) suele producirse en muchos casos un aumento de peso o una dificultad en la pérdida, puesto que acumularemos triglicéridos en forma de tejido adiposo. Los hidratos de carbono suelen ir acompañados en las cenas por embutidos (chorizo, salchichón, fritos...) que ponen la guinda al pastel calórico de estas comidas.
Si lo que pretendemos es controlar nuestro peso y facilitar nuestro proceso digestivo, lo aconsejable es optar por ensaladas, lácteos desnatados (yogures y queso), frutas poco calóricas (mejor los cítricos) o verduras hervidas, asadas o en puré. No hay que quedarse con hambre ni hacer cenas muy tardías, para darle a nuestro organismo la ocasión de haber terminado la digestión antes de irse a la cama.
El dicho popular: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo no hace sino confirmar que una cena ligera es la mejor alternativa.

lunes, 27 de mayo de 2013

Come bien para envejecer mejor

'Come bien para envejecer mejor' es el  lema escogido para conmemorar , el 28 de mayo, el Día Nacional de la Nutrición.
A pesar de que nuestros hábitos nutricionales han empeorado considerablemente, España sigue siendo un país longevo, sobrepasando el objetivo de esperanza de vida de la Organización Mundial de la Salud. Lo cierto es que nuestros mayores se mantienen, en su mayoría, fieles a la dieta mediterránea, una excelente costumbre que se pierde entre los más jóvenes. Es posible que sigamos conservando las expectativas de longevidad pero, probablemente, a costa de una peor calidad de vida.
La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) pone de manifiesto en un tríptico editado especialmente para el Día Nacional de la Nutrición que una mayor esperanza de vida saludable depende de una dieta sana, de no fumar, de realizar actividad física, de dormir lo suficiente y de mantener actividad social.
No podemos modificar nuestra carga genética pero sí nuestro ambiente y nuestro estilo de vida.

martes, 6 de noviembre de 2012

Menopausia, alimentación y hábitos saludables

ensanluispotosi.com
Un elevado porcentaje de mujeres que entra en la menopausia ve con preocupación cómo aumenta su de peso  sin que sus hábitos hayan cambiado significativamente.
Los cambios hormonales que se producen en este periodo provocan que nuestro organismo produzca menos estrógenos y progesterona, lo que contribuye a que se almacene más grasa, especialmente en la zona abdominal, justamente donde supone mayor riesgo cardiovascular.
Lo cierto es que, sin comer más y sin cambiar las costumbres el peso aumenta, y la solución pasa, inexorablemente, por un cambio en ambas cuestiones.
Las mujeres menopáusicas que quieren perder peso o mantenerse si el que tienen es adecuado, deben aumentar su actividad física o empezar a moverse si no lo hacen habitualmente. Si no se practica ejercicio como norma lo idóneo es empezar caminando media hora diaria a buen ritmo para incrementar semanalmente el tiempo hasta llegar a una hora diaria.
Además hay que comer menos. Está claro que las calorías consumidas en caso de subir de peso son demasiadas, por lo que la ingesta debe bajar, especialmente en grasas (fuera lácteos enteros o semidesnatados y grasas animales), situando los hidratos de carbono complejos en los momentos adecuados (desayuno y almuerzo).


miércoles, 1 de junio de 2011

Exceso de peso y percepción de la realidad


La mayor parte de las personas con sobrepeso u obesidad tienen una percepción errónea de lo que ingieren y de la actividad física que desarrollan. Por lo general consideran que comen menos de lo que lo hacen y que se mueven más de lo en realidad se mueven.
El primer paso para iniciar un adecuado plan nutricional es analizar la dieta habitual, las causas que llevan a comer como se hace y conseguir que quien va a someterse a un cambio en su alimentación sea consciente de que ingiere más de lo que necesita. Los factores sicológicos son, pues, básicos.
Es fundamental tener en cuenta que una dieta excesivamente restrictiva puede conseguir, en principio, resultados alentadores, pero a la larga no se sostendrá y, al dejarla, se conseguirá lo opuesto a lo que se busca, ganar los kilos perdidos y probablemente algunos más.
La clave está en equilibrar nuestra dieta, comer de todo pero en menores cantidades de algunas cosas cuando el peso es excesivo. A esto debe añadirse incrementar la actividad física sin excusas. No es necesario pasarnos horas en el gimnasio, pero sí salir del sedentarismo, aunque sea andando media hora diaria a buen ritmo. No hay fórmulas mágicas más allá de concienciarnos de que nuestros hábitos de vida no son saludables y de poner remedio.

lunes, 9 de mayo de 2011

La ecuación inestable

La ecuación inestable es la resultante del desfase entre la evolución material y la biológica. La evolución biológica de los seres humanos es muy lenta frente a la evolución material, que progresa rápidamente. Es lo que sostiene en el interesantísimo libro 'El Mono Obeso'  Enrique Campillo, médico especialista en Nutrición.
Como consecuencia de esta ecuación los genes programados para ahorrar de los primates, de forma que pudieran enfrentarse a hambrunas y a escasez, (además de que practicaban ejercicio diariamente) siguen primando en los hombres. Hemos pasado en poquísimo tiempo de la escasez a la abundancia y nuestro organismo no ha asumido este cambio, por lo que acumulamos grasa que tiene como consecuencia padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, obesidad, síndrome metabólico...
La única solución posible pasa por bajar la ingesta de calorías y aumentar la actividad física diaria. En definitiva, ser más coherentes con nuestro organismo.