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jueves, 19 de abril de 2012

Probióticos y prebióticos

Probiótico y prebiótico son dos conceptos que nos encontramos, cada vez más a menudo, en diferentes alimentos como términos ligados a la salud, aunque, por lo general, no conocemos las diferencias.
Un probiótico es un microorganismo vivo que se introduce en la dieta y que, tras ser ingerido en cantidad suficiente, ejerce un efecto positivo en la salud más allá de los efectos nutricionales tradicionales. Un prebiótico sin embargo es un ingrediente alimenticio no digerible, que produce un efecto beneficioso al estimular el crecimiento selectivo de un número limitado de bacterias en el colon. (Domingo Marquina y Antonio Santos).
Los probióticos conocidos son los lactobacilos y las bifidobacterias, que reducen la intolerencia a la lactosa, protegen ante infecciones, refuerzan el sistema inmune y reducen el riesgo de cáncer de colon.
La mayoría de los prebióticos se incluyen en el grupo de los fructanos y son utilizados en el colon estimulando la producción de bacterias lácticas y bifidobacterias. Su consumo suprime diarreas asociadas a infecciones intestinales, reduce el riesgo de osteoporosis, de obesidad y disminuye la frecuencia de cáncer de colon.
Yogur, leche fermentada, quesos o miel son fuentes de probióticos.
Los prebióticos se encuentran en vegetales y frutas y se añaden a preparados lácteos, bebidas, galletas o panes.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuidado con los zumos de frutas envasados

Son cómodos de transportar, saben bien y nos hacen pensar en muchas ocasiones que consumimos productos saludables. Son los zumos de frutas envasados, un producto del que se abusa sobre todo en la infancia, a pesar de que numerosos pediatras han advertido sobre sus riesgos.
Este tipo de bebidas es rica en azúcares de absorción rápida, esa que se queda en la boca y aumenta la acidez de la placa dental provocando caries. Por esta misma razón tienen un alto contenido en calorías, promoviendo la obesidad sin proporcionar valor nutritivo apenas, puesto que la mayoría de este aporte energético lo constituyen calorías vacías. Pero es que además este tipo de zumos suele contener sorbitol, un edulcorante que se absorbe mal y que puede provocar flatulencias y a veces diarrea.
Por si fuera poco, y debido a la mala política de etiquetado reinante en España, en muchas ocasiones no sabemos qué estamos tomando realmente, pese a que parece que el Parlamento Europeo acaba de aprobar una norma para clarificar los contenidos.
No caigamos en el error de pensar que el agua es una mala opción para que los niños lleven en sus mochilas al colegio, de hecho es la mejor alternativa. Pero tampoco creamos que los zumos de frutas deben consumirse por norma entre los adultos porque el aporte nutritivo es escaso.