Son cómodos de transportar, saben bien y nos hacen pensar en muchas ocasiones que consumimos productos saludables. Son los zumos de frutas envasados, un producto del que se abusa sobre todo en la infancia, a pesar de que numerosos pediatras han advertido sobre sus riesgos.
Este tipo de bebidas es rica en azúcares de absorción rápida, esa que se queda en la boca y aumenta la acidez de la placa dental provocando caries. Por esta misma razón tienen un alto contenido en calorías, promoviendo la obesidad sin proporcionar valor nutritivo apenas, puesto que la mayoría de este aporte energético lo constituyen calorías vacías. Pero es que además este tipo de zumos suele contener sorbitol, un edulcorante que se absorbe mal y que puede provocar flatulencias y a veces diarrea.
Por si fuera poco, y debido a la mala política de etiquetado reinante en España, en muchas ocasiones no sabemos qué estamos tomando realmente, pese a que parece que el Parlamento Europeo acaba de aprobar una norma para clarificar los contenidos.
No caigamos en el error de pensar que el agua es una mala opción para que los niños lleven en sus mochilas al colegio, de hecho es la mejor alternativa. Pero tampoco creamos que los zumos de frutas deben consumirse por norma entre los adultos porque el aporte nutritivo es escaso.
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