todococinarecetas.com |
A pesar de que debido a nuestros horarios tendemos a hacer de las cenas una comida poco cuidada, tendríamos que ser conscientes de que tras la última comida del día la actividad física va a ser prácticamente nula, por lo que el proceso digestivo será más costoso. Además, si se opta constantemente por los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, papas...) suele producirse en muchos casos un aumento de peso o una dificultad en la pérdida, puesto que acumularemos triglicéridos en forma de tejido adiposo. Los hidratos de carbono suelen ir acompañados en las cenas por embutidos (chorizo, salchichón, fritos...) que ponen la guinda al pastel calórico de estas comidas.
Si lo que pretendemos es controlar nuestro peso y facilitar nuestro proceso digestivo, lo aconsejable es optar por ensaladas, lácteos desnatados (yogures y queso), frutas poco calóricas (mejor los cítricos) o verduras hervidas, asadas o en puré. No hay que quedarse con hambre ni hacer cenas muy tardías, para darle a nuestro organismo la ocasión de haber terminado la digestión antes de irse a la cama.
El dicho popular: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo no hace sino confirmar que una cena ligera es la mejor alternativa.