martes, 28 de junio de 2011

Por fin una Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición

Los colegios no podrán vender bollería industrial
Estamos de enhorabuena. Todos los grupos con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados han dado su visto bueno a la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, una iniciativa que prohibirá la venta de alimentos y bebidas con alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, azúcares y sal.
De esta forma los niveles hasta ahora permitidos de estas sustancias en productos tales como bollería industrial, refrescos o chucherías serán controlados. Además los centros escolares (que tendrán que atenerse a estas medidas estrictamente), estarán obligados a disponer de menús para celiacos (personas con intolerancia al gluten).
El hecho de que los centros escolares se atengan a la nueva Ley supondrá un enorme beneficio para millones de niños que comienzan sus problemas nutricionales desde la infancia a causa del elevado consumo de estos nocivos productos.

miércoles, 1 de junio de 2011

Exceso de peso y percepción de la realidad


La mayor parte de las personas con sobrepeso u obesidad tienen una percepción errónea de lo que ingieren y de la actividad física que desarrollan. Por lo general consideran que comen menos de lo que lo hacen y que se mueven más de lo en realidad se mueven.
El primer paso para iniciar un adecuado plan nutricional es analizar la dieta habitual, las causas que llevan a comer como se hace y conseguir que quien va a someterse a un cambio en su alimentación sea consciente de que ingiere más de lo que necesita. Los factores sicológicos son, pues, básicos.
Es fundamental tener en cuenta que una dieta excesivamente restrictiva puede conseguir, en principio, resultados alentadores, pero a la larga no se sostendrá y, al dejarla, se conseguirá lo opuesto a lo que se busca, ganar los kilos perdidos y probablemente algunos más.
La clave está en equilibrar nuestra dieta, comer de todo pero en menores cantidades de algunas cosas cuando el peso es excesivo. A esto debe añadirse incrementar la actividad física sin excusas. No es necesario pasarnos horas en el gimnasio, pero sí salir del sedentarismo, aunque sea andando media hora diaria a buen ritmo. No hay fórmulas mágicas más allá de concienciarnos de que nuestros hábitos de vida no son saludables y de poner remedio.