martes, 23 de agosto de 2011

Vitamina D3: más vida, mejor calidad


Mujeres mayores de 70 años. Son el sector de población más beneficiado por los suplementos de vitamina D3. Varios estudios realizados sobre más de 94.000 mujeres, el 80% de ellas mayores de 70 años, han determinado que la vitamina D3 reduce la mortalidad de este grupo en un 6%.
Los estudios han servido para destacar que es, en concreto, la vitamina D3 la que provoca estos beneficios, vitamina que no se obtiene de la dieta diaria, al menos en la cantidad adecuada. Esa es la razón por la que es necesario suplementar la alimentación con esta vitamina que está presente, por ejemplo, en la leche entera, vísceras, mantequilla o aceite de hígado de bacalao, alimentos inconvenientes por otras cuesitones obvias.
Las mujeres en edad avanzada tienden a perder vitamina D, lo que aumenta el riesgo de fracturas óseas tan habituales a raíz de determinados años. Además, con el aumento en el consumo de vitamina D se consigue disminuir el número de caídas.

lunes, 8 de agosto de 2011

Tres años más de vida

Las personas que practican ejercicio físico con regularidad tienen una expectativa de vida tres años mayor, según ha puesto de relieve la Fundación Española del Corazón. De hecho el 68% de las muertes que se producen en la Unión Europea están relacionadas con una mala dieta o con la falta de ejercicio físico.
Teniendo en cuenta que entre el 8 y el 25% de los ciudadanos de la UE son obesos y que uno de cada cinco niños sufre problemas de sobrepeso u obesidad, la necesidad de poner en práctica hábitos de vida saludables es prioritaria.
Volver a una dieta mediterránea y practicar ejercicio físico diario dentro de las posibilidades existentes en función de sexo, edad, etc. nos alargará la vida pero, sobre todo, nos la hará mucho más placentera.

lunes, 1 de agosto de 2011

No te dejes engañar por las falsas sustancias milagro

La eficacia de los bifidus no está probada

En el 80% de los casos las alegaciones saludables que esgrimen los fabricantes de alimentos no están avalados científicamente o no pueden probarse. Así lo ha determinado la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN), que ha estudiado más de 2.758 sustancias que la industria alimentaria ha usado o quiere usar para anunciar sus productos.
Para lo que nos sirve esta investigación es para cuestionarnos mucha de la publicidad que pregona productos milagro sin ningún tipo de estudio científico detrás que los avale. Además en diciembre la Unión Europea hará públicos los resultados del estudio y, en ese momento, será obligatorio cumplir los preceptos y dejar a un lado todo aquello que no esté probado por la comunidad científica. Entre los casos más relevantes está el de las bifidobacterias, puesto que no hay pruebas que demuestren que al consumir productos que las contengan disminuyan los agentes patógenos en el sistema digestivo.
El sentido común y la información son los mejores aliados para tener unos correctos hábitos alimenticios sin caer en la propaganda engañosa.