Los estudios han servido para destacar que es, en concreto, la vitamina D3 la que provoca estos beneficios, vitamina que no se obtiene de la dieta diaria, al menos en la cantidad adecuada. Esa es la razón por la que es necesario suplementar la alimentación con esta vitamina que está presente, por ejemplo, en la leche entera, vísceras, mantequilla o aceite de hígado de bacalao, alimentos inconvenientes por otras cuesitones obvias.
Las mujeres en edad avanzada tienden a perder vitamina D, lo que aumenta el riesgo de fracturas óseas tan habituales a raíz de determinados años. Además, con el aumento en el consumo de vitamina D se consigue disminuir el número de caídas.